Síntesis
Fecha: 04/01/2014

Fuente : EL NORTE
Sección : NEGOCIOS
GLOSAS MARGINALES / Dudas sobre la reactivación
Ya han transcurrido tres meses de este año y no hay signos convincentes de una eventual reanimación de la economía mexicana. Al contrario, los pocos datos con los que se cuenta sirven para suponer que se ha extendido la debilidad que caracterizó en general al 2013. Tal impresión se corrobora con las opiniones que he podido recabar en conversaciones recientes con varios empresarios, situados en distintos sectores productivos. Sobre el tema, apenas el pasado día 21, Banxico no se anduvo por las ramas y expresó, a la letra: "La actividad económica en México presentó una desaceleración hacia finales de 2013 y principios de 2014".

En concordancia con lo anterior, muchos pronosticadores se han abocado a la ingrata tarea de modificar a la baja sus augurios sobre el crecimiento del PIB real para todo 2014. (El lector quizá recordará, con preocupación, que esa fue una práctica recurrente a lo largo del año pasado).
En cuanto a las causas de dicha falta de vigor, hay quienes quieren encontrar la principal en un ambiente mundial que califican, con descuido, como "recesivo". El problema con tal interpretación es que el "ambiente mundial" más importante para México es, en realidad, Estados Unidos. Y resulta que la economía estadounidense ha venido creciendo, aunque no haya sido con el dinamismo que hubieran querido el Presidente Obama, el Fed, el Tesoro, etc. Para acabar pronto, al norte del Río Bravo no hay recesión: durante el último trimestre de 2013, el PIB creció 2.6%, y el anterior, 2.0%.
Lo cierto es que hay una evidente desconexión económica entre México y Estados Unidos o, cuando menos, la hay en lo que toca a la producción industrial. En la gráfica que acompaña a este texto, la línea azul, que corresponde a Estados Unidos, se ha mantenido en la parte positiva, mientras que la línea roja, la referente a México, ha fluctuado alrededor del cero. Desde luego, cabe aclarar que la actividad industrial mexicana sufrió un grave golpe con la quiebra de las empresas desarrolladoras de vivienda, pero no hay manera de atribuir tal cosa a una influencia exterior. Lo que está sucediendo tiene, en lo principal, origen local -incluyendo en ello el impacto del aumento de impuestos sobre la demanda privada.
En Estados Unidos, los indicadores adelantados estatales sugieren una expansión generalizada -según un boletín de prensa del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia, fechado hace unos cuantos días. Eso, a pesar de las secuelas de un invierno muy crudo. Se trata, desde luego, de una previsión esperanzadora. Puede traducirse en mayor dinamismo de las exportaciones mexicanas. Sin embargo, a la luz de lo comentado antes, la transmisión del impulso no está garantizada. Todo pronóstico es una aventura, pero me atrevo a pensar que el PIB crecerá este año menos de 3%.


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Referencia en internet:
http://busquedas.gruporeforma.com/elnorte/BusquedasComs.aspx