Síntesis
Fecha: 01/14/2014

Fuente : REFORMA
Sección : NEGOCIOS
Aristóteles... ¿quién?
El 29 de noviembre de 2012, la vida de Aristóteles Núñez Sánchez dio un giro radical. Aquella tarde despejada, el entonces subsecretario de Ingresos del gobierno del Estado de México llegó a las oficinas provisionales del futuro secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en la calle de Montes Urales en la Ciudad de México. Había recibido el llamado en Toluca, donde trabajaba desde 2005, para acudir a una reunión urgente con el hombre más importante para el presidente electo Enrique Peña Nieto y su amigo de años atrás. Llegó puntual, a las 18:00 horas.

Si algo había aprendido desde el día que lo conoció es que Videgaray es un hombre que se rige religiosamente por el reloj. Ni un minuto antes, ni un minuto después lo recibiría, así había sido cuando le ofreció integrarse al gobierno mexiquense y sabía que ahora, con una mayor responsabilidad en sus hombros, su antiguo jefe valoraba cada segundo del día.
Núñez estaba emocionado, intrigado por la naturaleza del llamado, contento de volver a ver a Videgaray luego de dos años.
Esperó poco en la antesala antes de pasar a la oficina del jefe del equipo que apenas cuatro meses atrás había recuperado para el PRI la Presidencia de la República. Hubo un abrazo.
"El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ha tomado la decisión de que ocupes el cargo de jefe del SAT en su administración", le dijo Videgaray a un emocionado Núñez, que no lo pensó dos veces y aceptó la oferta de trabajo.
Tras la reunión, regresó de inmediato a Toluca para presentar su renuncia al secretario de finanzas mexiquense, Erasto Martínez, y comenzar el proceso de transición en el SAT.
Aristóteles Núñez regresaba a casa, al lugar en donde en 1991 llegó por primera vez para hacer su servicio social en la entonces Dirección General de Recaudación de la Secretaría de Hacienda y donde tuvo su primer contacto con la materia fiscal.

Aunque para Núñez su regreso al SAT era algo esperado, el resto de la gente había oído poco o nada del nuevo jefe. Incluso aquellos con años en el ámbito tributario batallaron para saber quién era.
"En cuanto lo anunciaron lo primero que hicimos fue googlearlo para saber más sobre él", reconoce Diana Bernal, procuradora de la Defensa del Contribuyente.
Muchos nombres sonaron como el posible sucesor de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, incluso se habló del regreso de José María Zubiría al cargo.
Nunca estuvo en la mesa el de Aristóteles Núñez Sánchez, el hombre de Oaxaca y Tepito que llegó al SAT.
DEL 'BARRIO BRAVO' AL FISCO
El jefe del SAT citó a RevistaR en el pequeño restaurante París 16, donde no caben más de 25 personas, ubicado dentro de un corredor en Paseo de la Reforma, casi frente al Ángel de la Independencia. A pesar de ser 26 de diciembre muy temprano, el lugar se encontraba lleno.
En una mesa en la esquina del fondo, junto a la ventana que da al pasillo oscuro por el que se entra, Aristóteles Núñez come despacio unos chilaquiles rojos con huevo y frijoles, sus favoritos del lugar, ya se ha terminado su jugo de naranja y cada cierto tiempo bebe un poco de café sin leche y sin azúcar.
Su cargo es importante, pero su imagen es poco conocida entre la población; sabe camuflarse vistiendo con sencillez: zapatos negros, pantalón azul marino, camisa blanca de manga larga con el logotipo del SAT, sin reloj y un abrigo negro.
Núñez habla bajo mientras de fondo se oye música de Prince, Queen y Bryan Adams.
Nació el 21 de agosto de 1969 en Huajuapan de León, Oaxaca, donde su padre trabajaba como contratista en una presa. A los cinco años se fue con sus padres a Ciudad Altamirano, Guerrero, zona de Tierra Caliente, en donde creció junto a sus hermanos.
De su infancia habla poco, recuerda pocas anécdotas dignas de compartir y en cuanto puede da un brinco hasta 1984, cuando dejó Guerrero para irse a vivir con su hermano y cinco primos a un pequeño departamento en el número 7 de la calle Jesús Carranza, en el Barrio Bravo de Tepito.
"Llegué con mi hermano y mis primos a Tepito porque empecé a estudiar en la Voca 5, en la Ciudadela. Vivíamos bien en ese lugar.
"Cuando llegué en el 84 a la Ciudad de México llegué sin saber nada de la ciudad, sin saber mucho de historia, llegué a Voca 5 sin saber qué había pasado ahí en el 68".
Esa ignorancia le costó.
"Para mí, el 2 de octubre era un día completamente laborable, pero para el resto de mis compañeros y maestros era un día en el que acudían a manifestarse, así que cuando llegué a la escuela no había nadie y por ahí cerca me asaltaron y me quitaron unos tenis".
En Tepito, el jefe del SAT cultivó el gusto por las fiestas en la calle, el baile, una novia a la que conoció literalmente al ir por el pan y mucha solidaridad el 19 de septiembre de 1985, cuando el edificio donde vivía se derrumbó tras el terremoto.
No se quedó sin hogar, pues sus padres volvieron a la Ciudad de México y se fue con ellos a vivir a un departamento en una vecindad de la calle Mar de Java, colonia Nextitla, detrás del Metro Popotla, hasta 1991.
En ese tiempo, a la par de sus estudios en Voca 5 y posteriormente de licenciatura en Administración Industrial en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), trabajó como machetero en un camión de mudanzas en la zona de La Merced y Correo Mayor, y en una empresa donde era vendedor por teléfono. A los 21 años, se mudó a la Calle 1 de la Colonia Agrícola Pantitlán.
A LAS GRANDES LIGAS
Como requisito para obtener el título en el Politécnico, entró a la Secretaría de Hacienda para hacer su servicio social.
"Llegué para liberar el servicio y tuve mucha fortuna, porque a los pocos meses de haber llegado me ofrecieron un contrato para ser jefe de proyecto, aunque ese título es muy engañoso porque no era jefe de nadie", dice con una ligera sonrisa.
De ahí en adelante, escaló en el organigrama, fue subdirector de Información y Atención a Usuarios, director de Evaluación Regional y administrador de Operación Recaudatoria.
Dejó el SAT en 1998 para integrarse a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y luego, en 1999, llegó al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), en donde fungió como director general adjunto de Apoyos
Financieros hasta 2003, cuando se marchó a Financiera Rural (Finrural).
Por esos años, comenzó su coincidencia con el grupo de jóvenes tecnócratas que después abundarían en el sector financiero.
Coincidió con José Antonio Meade, que fue secretario de Hacienda y hoy es secretario de Relaciones Exteriores, y con Jaime González Aguadé, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
En 2005, por recomendación de allegados suyos en Finrural, conoció a Luis Videgaray, a quien le llevó su currículum para el puesto de director general de Recaudación en el Estado de México.
Videgaray era secretario de Finanzas del nuevo gobernador mexiquense, Enrique
Peña Nieto, y citó a Núñez a las nueve de la mañana para evaluarlo.
Con el afán de dar una buena primera impresión, Núñez llegó con varios minutos de antelación, pero Videgaray, a pesar de haber sido informado de su presencia, no lo recibió hasta la hora acordada.
Unos minutos después, el puesto era suyo, luego fue director de Fiscalización y finalmente subsecretario de Ingresos hasta el 29 de noviembre de 2012.
DIGITAL Y TEMIDA
De todas las instituciones del gobierno federal, pocas inspiran tanto temor como el SAT. Y es que ningún otro organismo cuenta con tanto acceso a la información personal de los ciudadanos: el fisco sabe cuánto gana un trabajador, conoce su dirección, teléfono, correo electrónico, operaciones comerciales. Hasta tiene, en algunos casos, sus huellas digitales y el iris de sus ojos.
A diferencia del pasado, pelearse con el SAT en los tribunales se ha convertido en un reto mayúsculo para los contribuyentes. Hoy el fisco gana el 58 por ciento de los juicios en primera y segunda instancia y hasta el 89 por ciento de los juicios de amparo contra actos.
El SAT se ha convertido en un sitio de renombre y en fechas recientes ha comenzado a incorporar en sus filas a fiscalistas de reconocidos despachos privados.
Cuando Núñez llegó por primera vez al SAT, en 1991, el organismo apenas tenía algunas computadoras; ahora el jefe del SAT busca una revolución digital con la incorporación de innumerables procesos informáticos, desde la factura electrónica hasta la contabilidad en línea.
Desde hace por lo menos una década, existió la promesa de automatizar absolutamente todo el proceso de declaración, al grado que el contribuyente iba a encontrar toda su información en el sitio.
La plataforma tecnológica ha tardado más de lo esperado, pero Núñez repite que ahora sí viene la buena.
"Los adelantos tecnológicos son una gran oportunidad para facilitarle a la gente sus obligaciones, hacer desde su casa lo que antes tenía que hacer en las oficinas del SAT y en el futuro hacerlo incluso desde su teléfono", afirma.
A Núñez le gusta hablar de los adelantos digitales del fisco y cuenta anécdotas de cómo eran las cosas en el pasado; las filas, el tiempo perdido, los largos procesos.
Aunque muchos opinan que los cambios resultan a veces confusos y complicados, su respuesta ante la crítica casi siempre es la misma: es un proceso con beneficios a futuro que tenían que empezar.
UN JEFE SENCILLO Y BAILADOR
Si en algo coinciden quienes opinan sobre la personalidad de Aristóteles Núñez es en su sencillez.
"Algo que tiene el jefe es que es muy sencillo, en su trabajo diario, en su trato, en diversas tareas que se le encomendaron siempre se pone la camiseta y no le pesa andar por los pasillos o en la calle", relata Juan Nicolás Embriz, jefe de la Unidad de Apoyo Técnico Administrativo de la Subsecretaría de Ingresos del Estado de México.
Embriz y Núñez se conocieron cuando este último se integró al gobierno mexiquense en 2005 y de inmediato comenzó a establecer relaciones con suscolaboradores.
Serio, estricto, dedicado y meticuloso son los adjetivos que usa Embriz para definir la forma de trabajo del "lic" o "jefe Núñez", como le conocían en los pasillos del gobierno estatal.
"Tenía un trato personal con varios, pero era estricto y siempre muy enfocado en su trabajo", recuerda.
Eso sí, en el momento de la fiesta al lic le gusta bailar.
"Organizó algunas fiestas en su casa a las que invitaba amigos personales y del trabajo y era muy divertido, cuando se trataba de bailar, bailaba", cuenta Embriz.
Los gustos y aficiones del jefe del SAT también son sencillos.
Le gusta escuchar música clásica antes de dormir, pero cuando va al volante, ya sea de su casa en Atizapán al trabajo o a cualquier otro lado, escucha salsa y cumbia, y cuando se siente deprimido le gusta cantar al ritmo de Miguel Bosé, Emmanuel, Juan Gabriel y Rocío Dúrcal.
El cine de suspenso es su preferido, particularmente la trilogía de Jason Bourne y la saga de Misión Imposible. Los tres libros que volvería a leer son El Código Da Vinci, El Evangelio Según Jesucristo y Donde Habitan los Ángeles.
Incluso su formación académica y profesional parece sencilla si se le compara con la de otros funcionarios que dominan las decisiones económicas, como Videgaray, que pisó el Instituto Tecnológico de Massachusetts, o el subsecretario de Ingresos Miguel Messmacher, que acudió a Harvard.
Su comida favorita son los mariscos, el pozole y las picaditas veracruzanas. Casi no toma alcohol, pero cuando llega a hacerlo le gusta el vino blanco. Su lugar favorito en México es Veracruz. Le va a los Pumas desde 1981, cuando jugaron la final del torneo contra Cruz Azul, pero su verdadera pasión es correr.
Recientemente agregó la modalidad de 10 kilómetros a la carrera del SAT, que anteriormente sólo contaba con el formato de 5 kilómetros y terminó el Maratón de la Ciudad de México con una foto inesperada.
Al preguntarle sobre el jefe del SAT, Diana Bernal, titular de la Prodecon, busca de entre los papeles que invaden su amplio escritorio su iPad para mostrar una fotografía.
Es un "selfie" que tomó con su celular al entrar al Estadio Olímpico Universitario durante el Maratón capitalino. Tomada en ángulo de abajo hacia arriba, la imagen muestra el rostro agitado de la procuradora y atrás de ella, como una especie de augurio, el jefe del SAT con la vista fija al frente.
Además de compañero de carreras, Bernal ve en el jefe del SAT a una persona ejecutiva, sencilla y sumamente sensible.
Para ilustrar su punto, la funcionaria relata que, en la primera reunión que sostuvo con el nuevo titular del fisco, le expuso el caso de un contribuyente de avanzada edad que había recibido un crédito por parte del SAT de alrededor de 4 millones de pesos.
Sin la posibilidad de pagar esa cantidad y cansado de la presión de la autoridad, el hombre se mudó de Zacatecas a Baja California y en 2011 acudió a la Prodecon para resolver su problema.
Bernal expuso el caso a los medios y ante el entonces titular del SAT, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien ajustó el crédito a un millón de pesos, cifra aún incosteable para el contribuyente. La procuradora determinó llevar el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero Núñez la detuvo.
"Aristóteles me dijo: '¿qué caso tiene eso, Diana? ¿Qué caso tiene eso para mí? Me vas a ganar y entonces la recomendación no será para mí sino para el Estado mexicano' y canceló el crédito", relata la funcionaria.
REFORMAS AGRESIVAS
Para algunos, todavía no se alcanza a ver la verdadera personalidad de Núñez y no ha sido tan agradable su llegada al organismo.
Su personalidad meticulosa lo hace involucrarse demasiado en la labor de los demás, complicando los resultados.
Asimismo, desde que llegó al SAT, Núñez implementó una estrategia anticorrupción que muchos consideraron como acusatoria y agresiva.
Mandó colocar una manta grande que colgaba de uno de los edificios del patio principal de las oficinas centrales, en la que se apreciaban dos imágenes: una manzana en buen estado y otra en estado de putrefacción.
Abajo se leía un mensaje sencillo pero contundente: "¿Eres o no eres?".
La reacción de los empleados del fisco fue negativa, pues consideraron que sin llevar mucho tiempo en el cargo, Núñez ya lanzaba acusaciones.
El carácter también tendrá que demostrarlo para responder a los cuestionamientos de ciudadanos, quienes este año vivirán una de las reformas fiscales más agresivas.
Lo curioso es que se trata de un proyecto en el que Núñez no participó completamente en su elaboración, hasta parece que quedó fuera de la propuesta.
"El SAT jugó un papel de generador de opinión, porque el diseño y confección de la reforma hacendaria se llevó en otra área, el SAT opinó sobre muchas de las medidas que se habían estado estudiando y proponiendo. Ésa fue nuestra tarea", reconoce Núñez.
A pocos les gustó la reforma y, a diferencia de otras en el pasado, ésta no se consultó entre contadores y empresarios.
"Nosotros y todo mundo nos enteramos de la reforma el 8 de septiembre, aquella tarde cuando nos presentaron la reforma; fue un trabajo en donde el SAT estuvo más al margen", cuenta Carlos Cárdenas, ex presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos.
"El SAT no es el que decide la reforma, no quiero decir que el SAT haya estado ajeno a todo, pero la decisión final de la reforma se manejó fuera de ese organismo", añade.
Luis Videgaray y el subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher, estuvieron detrás de varios cambios agresivos que ahora el SAT deberá implementar, señala el fiscalista.
Cárdenas considera, sin embargo, que la personalidad de Núñez -disciplinado e inteligente- podría facilitar la aplicación de la reforma hacendaria, que sigue siendo objeto de discusión entre el fisco y varios sectores empresariales.
SIN MIEDO A SER EL VILLANO
Aristóteles Núñez ya ha pagado la cuenta de su desayuno y sólo espera que le traigan el cambio. Las personas van y vienen, y en general nadie parece reconocerlo, a pesar de ostentar un cargo tan importante para las finanzas de un país que recauda menos del 14 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).
La reforma hacendaria y decisiones tan controvertidas como la publicación de los deudores fiscales, lo han expuesto cada vez más ante los ojos de la opinión pública. Pero no teme que la gente lo vea como un villano.
"No tengo ninguna intención, ni ambición, ni interés por tener una imagen distinta a la que me corresponde como servidor público, quiero servir con eficiencia, observar las leyes y promover un cambio con los 37 mil empleados en el SAT.
"A nosotros nos toca recaudar impuestos, no es grato recaudar impuestos, tampoco lo es pagarlos, pero esa es nuestra labor, si eso implica que nuestra figura o nuestro nombre no sea agradable, pues no es algo que nos mueva a cambiar nuestra posición", concluye.
Aristóteles Núñez gana: $203,488 brutos al mes; $146,121 descontando impuestos.
El SAT tiene información de: 40.6 millones de contribuyentes, de los cuales 25.5 millones son asalariados, 13.5 millones son personas físicas y 1.6 millones, personas morales.
Los contribuyentes le deben al SAT: $518,482 millones. El 60 por ciento lo está peleando en tribunales con los contribuyentes. El resto son deudas de contribuyentes con atrasos, no localizados y otros con baja posibilidad de cobro.
El SAT cuenta con: 34,663 plazas para 2014. Son 8 mil 741 más que en 2005. Los adeudos que arrastra el SAT equivalen a: El gasto en salud que realiza el gobierno federal. México recauda: 13.6 por ciento del PIB, y está por debajo de Brasil y Argentina que rebasan el 25 por ciento.
Lo que tiene en las manos
Hoy la recaudación en México es de las más bajas de América Latina, pero el SAT se vuelve más poderoso.
NUEVAS ARMAS:
- Por una negociación del gobierno de Felipe Calderón, a partir de este año el SAT recibirá de forma automática, sin pedirlo, todos los datos de cuentas de mexicanos en Estados Unidos.
- A partir de abril de 2014, todos los ciudadanos que tienen que emitir factura lo harán de forma digital. Todas, sin excepción, estarán en los sistemas del SAT.
- Al salir de la universidad, los estudiantes tendrán Registro Federal de Contribuyentes (RFC) y serán parte de una base preliminar de datos de contribuyentes activos.
- No se podrán abrir cuentas bancarias sin dar el RFC.
- Los bancos entregarán periódicamente al SAT datos sobre contribuyentes que reciben dinero en efectivo.
- En junio de 2014 todos los contribuyentes tendrán cuenta de buzón fiscal. Ahí les enviarán desde avisos hasta notificaciones de adeudos.
- Cada 15 días, el SAT publicará la lista de contribuyentes con adeudos y no localizados. Incluso la de ciudadanos que hacen mal uso de las facturas digitales.
- Empresas de por lo menos 15 sectores económicos le darán mensualmente reportes sobre ventas, con datos del cliente, gracias a la Ley Antilavado.
... Y VIEJOS PROBLEMAS:
- Hasta el año pasado había abusos en el embargo de cuentas bancarias. La reforma limitó la actividad, pero no la eliminó.
- Hasta septiembre había 59 funcionarios del SAT denunciados ante el Ministerio Público, de ellos 19 estaban en aduanas.
- Para la misma fecha se habían denunciado 607 funcionarios ante el Órgano Interno de Control, de los cuales 259 eran de aduanas.
- El pago de impuestos es uno de los puntos peor calificados por los organismos internacionales: una empresa mexicana requiere invertir 334 horas al año para cumplir, contra 38 de Chile.
- La complejidad del sistema fiscal no fue eliminada con la reforma.


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Referencia en internet:
http://busquedas.gruporeforma.com/reforma/Documentos/DocumentoImpresa.aspx